15 de octubre de 2008

Muriel





Escribe en su cuaderno de renglones azules. Sus siete años manejan con destreza el lápiz negro y dan brillo a las sorpresas de su ortografía propia. Habla, ya me ha dicho, de su vida en ese diario. Es secreto, papá, ¿querés que te lo lea? Me pregunto si soy ella. Y sin que le responda arranca vacilante. Sílaba tras sílaba desteje ese relato de minucias decisivas. Se traba, pero sigue. Vacílaba, y avanza. Levanta los ojos, al final. Me mira como si yo fuera su adentro, afuera.

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