Han encontrado muerta a una niña perdida. La han hallado violada, muerta, reducida a escombros. Los vecinos gritan y aplauden. Justicia, justicia. No se ven más que rostros compungidos, puños en alto, pies mal calzados. Una mujer, la madre, es perseguida por un micrófono. Pero de pronto se oye un tango, o cosa parecida. Viene de otro lado, lateral e inesperado. Se va imponiendo, no sé si a lo que veo o a lo que pienso o a lo que oigo. Es una música disonante, feliz o cosa parecida. Apago el televisor, me asomo a la ventana. Ha escapado el sol de la prisión de una nube. Es un silbido que llega, música, tango o cosa parecida. Viene con una brisa fresca como la menta. La hora de la menta. La pantalla muerta. Esa música y yo.
2 de febrero de 2009
El zorzal
Han encontrado muerta a una niña perdida. La han hallado violada, muerta, reducida a escombros. Los vecinos gritan y aplauden. Justicia, justicia. No se ven más que rostros compungidos, puños en alto, pies mal calzados. Una mujer, la madre, es perseguida por un micrófono. Pero de pronto se oye un tango, o cosa parecida. Viene de otro lado, lateral e inesperado. Se va imponiendo, no sé si a lo que veo o a lo que pienso o a lo que oigo. Es una música disonante, feliz o cosa parecida. Apago el televisor, me asomo a la ventana. Ha escapado el sol de la prisión de una nube. Es un silbido que llega, música, tango o cosa parecida. Viene con una brisa fresca como la menta. La hora de la menta. La pantalla muerta. Esa música y yo.
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