21 de marzo de 2010
Goteo
En la cocina gotea la canilla. Sobre los platos, cae, sobre los vasos. Podría levantarme a cerrarla y remediar en lo posible el golpeteo. Pero me quedo, aunque sea noche y sea muy tarde. Persevero en el ritmo de las gotas, progresivo y exacto. Hilo, entre los húmedos pilotes de ese tempo, con el placer un poco amargo de lo que debe hacerse gratis, una melodía vieja. La traigo de los días sin repiques, de cuando los ritmos variables -palabras, risas, correteos-, en desorden por la casa, producían cosas que, se ve, yo no entendía. Es triste la canción, es triste todo. Tuve un mundo que ahora ajusto en los espacios del goteo. Al otro lado de la casa vacía, en la noche, lo escucho mientras sigue. Solo yo.
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