18 de septiembre de 2011























Cañas al costado de las vías como flores
arracimadas con plumeros en las puntas
limpian el azul profundo
a la brisa dóciles
rendidas

Caminamos sobre los durmientes
es domingo de mañana
¿de dónde la fascinación entre los rieles?
¿acaso de saber que pasa el tren
y arrastra todo
sobre los que yacen
en una rigidez de muchos años?
Aquellos que en los árboles cuidaban sus rebrotes
velan ahora el cielo estéril
su propio descanso
de madera muerta

Las vías sobre los durmientes las cañas
a un lado de este prolijo cementerio
y nuestro itinerario distraído

No es sino sobre estas tumbas ordenadas
por donde andan nuestros pasos,
y los vagones corren
hechizados fatalmente
por la locomotora que arrastra

Ahora nos detenemos un instante
en medio del camino sinuoso y férreo
Recordamos nuestras casas
nuestros padres a esta hora
cansados durmientes con el techo encima
en el reposo dominical
sobre el lecho pedregoso
sostienen
el paso arrollador de nuestros años
que alborota los plumeros de las cañas
los pájaros y las hojas secas
que arrastra y gasta los huesos algo grises
echados en la trocha de las estaciones

Mientras
el día a la manera de la brisa
se mece indiferente
amable
pareciera

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