23 de octubre de 2011























De paseo o de compras
cargadas de bolsas
y livianas en soleros de verano
andan por el centro comercial
que no tiene diez negocios entre tiendas
fruterías y almacenes
en torno al mercado que amontona
cajas y restos de azúcar y arroz
y sal en la vereda

Desde un umbral con escalones
las vemos pasar
con su juventud aérea o su vejez
a cuestas las mujeres
apenas azoradas de estos ojos que las buscan

Nuestros ojos que maduran lentamente y que esta tarde
naranja y perfumada
calurosa se demoran demasiado
en unos hombros dorados
en algunos cuerpos firmes en algunos
que se ablandan como las paltas de mayo
en cabelleras negras y lacias como lluvia
y en otras rayadas por el blanco
Sobre ellas se detienen nuestros ojos

Pasan como indiferentes
con dulce bamboleo de caderas
silos tibios
donde hay espacio para el mundo que periódico
se desprende y cae
pasando con violencia entre ternezas
a esta tierra impenetrable de tan simple

¿Por qué cautivos de sus cuerpos
de sus voces que empiezan más allá de la mañana
de los latidos que ritman el cantar de las chicharras
las sístoles las diástoles de las estaciones?
Amantes siempre lentos declaramos
Ninguna es nuestra esta tarde de diciembre
y nosotros a todas les pertenecemos
Jaleas transparentes y resbaladizas
como las secreciones  de los árboles

1 comentario:

Pilar Medina dijo...

Mirá que sos don Juan, eh...

Tan lindo que escribís... ¿Otro café? Chiflame.