11 de diciembre de 2011





















Es esta tristeza que se estira
como un viaje a pie sobre una tierra plana
Una
de saber perdida la continuidad
de tronco rama y flor celeste
                                                desprendida
por la brisa o por el tiempo suelto
su cuerpo
leve al vacío
y la caída larga acaso lenta como un viaje
a pie sobre una tierra plana

Ésta es
que se desdobla y deja al aire
frío que las muerde
las partes doloridas

Tristeza de pobres evidentes
y el dolor de los días sucedidos
tras unos otros y tras otros éstos
a la espera de un segundo acaso o menos
de constelación caleidoscópica
en que todos equidistantes
soñemos con  rodar el mundo nuevo

¿No ves, amiga, estas lágrimas mías
que quieren ya ser parte de ese instante
y lloran su evaporación prematura?
¿No tienes, compañera dulce,
el pelo apenado y revuelto
que protesta al viento la arbitraria
necedad con que lo agita?

Detenidos en la espera
improbable abandonados
a la espera larga sin comienzo
sin final y plana y yerma
de ese punto de delirio en que nosotros
(ambos o quizá con otros muchos)
con las manos tendidas
rocemos cada cosa
cada pétalo fugaz de la alegría

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