10 de febrero de 2012
Del cuaderno lila
Puesto que en una narración los temas y aun las tramas carecen de importancia y sólo la forma importa, es en la frecuentación de las formas adonde late la inspiración. La vida es en sí misma incomprensible y sólo se vuelve interpretable cuando se la dispone, transformada en lenguaje, en los cuencos variados de formas determinadas. Por lo tanto, la experiencia le aporta al escritor casi nada; un perfume, una temperatura, ciertas rugosidades...lo demás viene de la lectura, surge de ella y configura en el escritor figuras fabulosas.
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