25 de marzo de 2012
















Demora
la reunión
que sueño a veces incompleta

Mientras mirado
por el querido Melville
mientras
la lámpara altera
las cinco de la tarde
afuera
el cielo negro se desarma y cae
la lluvia con ráfagas  
Flota en mi cuarto el clima
que es de junio pero que ha llegado en  marzo

Y entre ballenas como nubes
perseguidas por el cielo
acribilladas
con los sutiles arpones de la lluvia
y mientras en mi bote
de medialuz me refugio
como si ya nada fuese
sino este estarme entre mis libros y el afuera
no es verdad, me digo, que el mundo continúe
pues me arrastra su desastre

Abrazo, amiga, tu caja de madera
donde no duermes aún
y me adelanto
a nado a nuestro encuentro


5 comentarios:

Pilar Medina dijo...

Ay, la lluvia... Ay, los libros... Qué lindo es el mundo, aún en su tristeza.

Ariel dijo...

Es en la tristeza donde el mundo se revela más límpido. La belleza es fácil. La tristeza es bella. No te parece?

Esteban Juana dijo...

"-Una ley-dijo Gregorovius-. Perfecto enunciado, verdad profunda. Llevado al plano de la astucia literaria se resuelve en aquello que de los buenos sentimientos nace la mala literatura, y otras cosas por el estilo. La felicidad no se explica, Lucía, probablemente porque es el momento más logrado del velo de Maya".

Ariel dijo...

y Esteban dice...

Esteban Juana dijo...

Que el diálogo me hizo acordar a esa partecita de Rayuela que deben conocer. Que el poema es 'narrativamente' hermoso; "con los sutiles arpones de la lluvia" ¿es un oxímoron verdad? no sé, pero es genial; un final donde el discurso contrasta con la historia, porque no es nada trágico, sino más bien romántico y sin embargo el ballenero muere, no? o leí cualquiera?
Mucho no puedo decir, se necesita cierta estatura que no tengo, por ahora leo y aprendo, pregunto mucho, ya sé.