De pronto el sol ardiente
De pronto el sol ardiente
se vela hasta perderse
y el mundo es un silencio
que un estruendo casca
y se desprende
como un diálogo de miles
la lluvia
y cae
encima de los techos
fresca hoguera
donde enero se consume
Salen los sapos
y preparas, madre
friendo en tu sartén
que suena a chaparrón
la eucaristía
Sentémonos bajo el alero
donde la tarde se fríe
con padre ausente
desde hace cuánto
de este enjambre luminoso
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