7 de agosto de 2011


















Sobre la arboleda
está lloviendo
                        un rumor
numeroso en las hojas de los plátanos
el olor de los primeros hombres
y el frío de la materia indiferente
pacen
en el aire mojado
como el cordero que hace días
vi tascando en la mancha aún verdosa
al borde de la calle
como  un milagro de otros tiempos

Al abrigo de mi cuarto
intento
tapar una abertura por la que se cuela el viento
en un silbido cortante
contra la piel impregnada
de kerosén que  casi nada arropa

Una mujer pasa
bajo la precipitación
descalza con el cordero muerto
trasquilada su lana incipiente
sobre los hombros vencidos
Va a vender el cuerpo frío por promesa de calor
algunos litros de kerosén
para el mechero aterido de su cuarto
que de lejos
conozco

El cielo desteje
puntilloso
los hilos helados de su manta gris mojada
y cubre la arboleda
el techo de mi casa, el cuerpo
de la mujer de pies desnudos
y su dinero que hace días apacible
tascaba en mi vereda

Y yo
mientras intento tapar el hueco
por donde  un cordón
de frío quiere atarme
avaro
me despido del cordero 

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