Una raíz
sobre la piel del suelo un curso
leñoso que se vierte entre las hojas descompuestas
tímida asoma a la sombra del follaje
o a los lunares del sol
y zambulle su extensión en limo
reposado
Como una enviada
la raíz parte
para alcanzar los pozos de la tierra
la noche negra donde yace un alimento
con el que se escriben los caminos altos de las ramas
Pero sube como arrepentida
súbita presa de una duda
antes de volver a hundirse para siempre
Enviados de los vientres
hasta ella hemos llegado, amiga silenciosa
en el largo titubeo cuyos años
son la curva con la que nos conmovemos
hasta la hora en que rectificados
volvamos a la senda de la sombra
para alzar copas ignoradas
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