23 de octubre de 2013

El viaje se había interrumpido. Yo miraba por la ventanilla y soñaba acaso ya con rieles que se volvían raíces. Ningún árbol brotaba de esos leños. Un viento de velocidad eran mis ojos. Hasta la ciudad me parecía próxima. Algo que había sido la ciudad y que ahora era una vieja pesadilla de infancia. El tren había llegado hacía tiempo y sólo yo seguía atravesando las llanuras. Quieto, me movía hacia un final distinto.

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